La esclavitud ha sido prohibida por todo el mundo por cientos de años, sin embargo, todavía es parte de nuestra injusta realidad. La organización Anti-Slavery International se dedica a la erradicación de la esclavitud en todas sus formas a través de todo el mundo a nivel local, nacional e internacional. Aunque la organización está localizada en el Reino Unido, trabaja con negocios, organiza campañas, y hace investigaciones para crear más conciencia sobre la cuestión. También, esta organización se enfoca en los productos que compramos como un resultado de la esclavitud. Por este motivo, los temas que organización Anti-Slavery International enfatiza más es el tráfico de niños en las industria de chocolate en la Costa de Marfil al Oeste de África.
La campaña de chocolate demuestra las diferentes violaciones que los niños sufren en las granjas agrícolas donde éstos son producidos. Muchas veces el chocolate que comemos y disfrutamos es un producto de la esclavitud de niños. El Departamento de Estado estima que más de 109,000 niños en la industria de chocolate en la Costa de Marfil ubicado en el Oeste de África se trabaja bajo “Las peores formas de niños esclavizados”, y que alrededor de 10,000 son víctimas de tráfico de humanos esclavizados. Por ejemplo, en la Costa de Marfil, muchos niños pequeños, en lugar de asistir a la escuela, van a trabajar por varias horas. Muchas de éstas empresas multinacionales se benefician de los bajos salarios pagados a estos niños y reportan grandes sumas de dinero exportando a las diferentes empresas de chocolate en todo el mundo.
Según un reporte de Anti-Esclavitud Internacional del 2010, Ending child trafficking in West Africa, se encontró números significantes de jóvenes de Mali y Burkina Faso que han trabajado en las granjas de cacao en la Costa de Marfil. Estos jóvenes vinieron de familias extremadamente muy pobres y que tuvieron que ser reclutados por traficantes que les prometieron mejores salarios y más oportunidades para mejorar sus vidas. Muchos de estos jóvenes viajaron hacia la Costa de Marfil a las edades de 10 a 16 años. La mayoría de ellos sufrían de condiciones labores tan malas, que no eran adecuados para el empleo de adultos. Los niños han reportado que vivían en cabañas muy viejas y que tenían que buscar su propia comida. Algunos han dicho que no le permitían salir y que si lo intentaban, sufrían de castigos. Otros han reportado que después de un año pedían que se les pague el salario correspondido pero que los dueños de las granjas les decían que no habían trabajado suficiente y que no iban a recibir su paga después de dos o tres años pero esta paga era tan mínima que a veces era igual al costo de un boleto de autobús. Injustamente, a veces, algunos niños recibían nada.
La Costa de Marfil produce aproximadamente el 40% de chocolate del mundo, y es obvio que basada en este por ciento, el problema es muy serio puesto a que más y más niños están siendo esclavizados. No es justo o correcto para un niño estar en los campos de chocolate en lugar de ir a la escuela. Esta explotación roba su inocencia e infancia y lo mas importante, la oportunidad de tener una vida justa. Increíblemente, la esclavitud todavía existe en países extremadamente pobres formando parte de una realidad que día a día niños inocentes se enfrentan. Estos niños debían asistir a las escuelas y recibir la educación que se merecen para mejorar el estilo de sus vidas. Una de las causas por la cual existe la esclavitud de niños en la producción de cacao es por la inestabilidad en los precios del mercado global de cacao que los granjeros sufren. Se puede ver que no hay mucho control. Estos granjeros dicen que si los precios son muy bajos, entonces el costo de producción también será bajo y obviamente la paga a los que producen será mínima. Al enterarse de éste acto muy inhumano, algunos consumidores presionaron a las compañías de chocolate para que tomen responsabilidad y ayuden a terminar el abuso de niños para la producción del cacao. También, como amate a los chocolates, nosotros jugamos un rol muy importante en la producción y en las condiciones por las cuales estos productos son hechos. Por otro lado, como parte de nuestra responsabilidad social no deberíamos esperar a que las compañías adopten nuevas estrategias, sino comprar productos que lleven la etiqueta que garantiza un “Comercio Justo.”
